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Bienvenidos a esta sala de profesores. Gracias por compartir conmigo las ganas de pensar sobre educación.



miércoles, 11 de septiembre de 2013

No sobran profesores




Según Schleicher, la mejora requiere invertir más, no sólo dinero, sino también expectativas y aspiraciones de todos: profesores, padres y del sistema
(20minutos.es, 15 de febrero de 2011)

¿Cómo se explica que el mismo experto que hoy justifica los recortes hablara de invertir más, y no solo en dinero sino en las aspiraciones de los docentes hace apenas dos años?


El director del Programa Pisa, en el marco de unas declaraciones que imagino bienintencionadas, da alas a los recortes que están castigando al profesorado español empleando datos mal interpretados de las estadísticas. Así desliza la afirmación de que hay demasiados profesores en las aulas españolas. Tal vez convenga recordarle que en nuestro país han perdido su puesto de trabajo cincuenta mil docentes desde el año 2011. Es asombroso que un experto internacional justifique la política de recortes que castiga a la educación española, cuando en años anteriores hemos escuchado a este mismo experto defender la inversión educativa.


En España no sobran profesores, lo que sobran son ataques injustificados y falta de reconocimiento social a la labor educativa. Lo sustancial es que el profesorado esté motivado e incentivado, que se le considere parte del sistema y que intervenga, como profesional experto que es, en el diseño del sistema educativo. Según la OCDE los profesores españoles trabajan más que los europeos y son los únicos que han visto reducir su sueldo en estos últimos años.

Por otra parte, el número de profesores debe considerarse como ratio profesor- aula y no puede mezclarse en un todo. Debemos exigir que las declaraciones sobre el sistema educativo partan de estudios que tengan en cuenta la realidad demográfica de España, la dispersión de la población en numerosas zonas y la heterogeneidad de nuestra sociedad.


Necesitamos un modelo de educación de calidad para todos, que tenga en cuenta la diversidad, atienda a  particularidades de los alumnos y no deje escapar a ningún alumno de la red educativa al tiempo que corrija las cifras de fracaso y abandono escolar. Eso requiere una amplia plantilla de docentes. La propia LOMCE establece medidas de calidad relativas a las TIC, los idiomas y la atención individualizada que no pueden llevarse a efecto sin un número suficiente de profesores en las aulas. Todo ello, unido a la necesidad de convertir la docencia en una profesión dignificada, reconocida y valorada socialmente demanda una potente inversión.


Otro punto de las declaraciones del experto en PISA presenta las retribuciones de los docentes españoles falseando notablemente la realidad. Según el informe OCDE, la retribución media inicial de un maestro de Primaria, computando las "pagas extras" suponía en 2009 un total de 27.400 euros anuales, que equivalen a 35.894 dólares. Sin embargo, para la OCDE este salario inicial ascendía a 40.896 dólares anuales, un 14% más que la realidad. Estos mismos errores de cálculo se repiten en los cuadros de retribuciones del profesorado de enseñanza secundaria y en el cálculo de los salarios máximos.  


La propia OCDE reconoce que aunque el salario de los docentes españoles en sus primeros años de desempeño profesional es similar a la media de la OCDE y la UE,  transcurridos 15 años de trabajo se reducen las diferencias de los salarios medios entre España, OCDE y UE, y se necesitan más años de vida profesional para alcanzar el salario máximo. Además, el crecimiento de los salarios docentes ha sido, evidentemente, muy inferior al de la media de la OCDE por los drásticos recortes. El profesorado ha perdido en España una media del 20% de retribuciones desde el año 2010 en adelante.


Debemos contar con el número amplio de profesores que requiere una enseñanza de calidad y debemos aumentar la inversión en Educación avisando. La comisaria europea Andrea Vassiliou, que será experta también, ha avisado ya de que los recortes en Educación amenazan gravemente el crecimiento y la competitividad.



                                                                                                          

lunes, 2 de septiembre de 2013

JOVENES Y SOBRADAMENTE PREPARADOS



Androula Vassiliou, comisaria europea de Educación, realiza un diagnóstico sobre algunos de los problemas actuales de la educación en una estupenda entrevista para el Boletín del Colegio de Doctores y Licenciados, en la que denuncia la “falta de visión” de algunos gobiernos europeos con respecto a las políticas del profesorado. 

Quisiera detenerme especialmente en un punto concreto de su reflexión.

Vassiliou afirma: “Los Estados miembros de la UE pronto tendrán que contratar profesores en todas las materias para colmar el vacío que ha dejado y dejará la oleada de jubilaciones de profesores (…) Es importante hacer atractiva la carrera docente para poder contratar a los mejores candidatos y estimular a las personas a escoger la profesión, una práctica que no siempre cumplen los Estados. Además será cada vez más necesario persuadir a los docentes experimentados de que permanezcan en la profesión en vez de jubilarse, y esos docentes puede que necesiten apoyos suplementarios.”

Vamos a acercarnos un poco más a algunas palabras de la comisaria europea:

Contratar profesores en todas las materias.

En el Estado miembro de la UE que mejor conozco, se han perdido en los últimos años más de cincuenta mil puestos de trabajo docente y se han dejado de ofertar más de veintidós mil plazas de funcionarios en las oposiciones. Son cifras que lesionan la estabilidad de las plantillas, la renovación de los efectivos y las medidas de calidad que el propio Gobierno propone en la LOMCE.  Idiomas, TIC, atención individualizada…, no son más que palabras si no hay suficientes profesores.  

Un estudio realizado por ANPE durante el curso pasado estimó en 22637 las plazas del cuerpo de Maestros que hubieran debido ofertarse en las oposiciones 2013 en las comunidades autónomas. El estudio no consideraba las de los cuerpos de Secundaria, cuya oferta de empleo se convocará en 2014. Tampoco estaban incluidas las vacantes de las jubilaciones, por lo que la estimación era a la baja.

El funcionario no es más caro que el interino pero sí más estable. Parece demostrado ya que la disminución de oferta de empleo escondía el despido de profesores. Los interinos son hoy un colectivo más vulnerable que nunca, amenazado por la supresión de sus puestos de trabajo y por la privatización.  

Cuando se tiene constancia de un aumento muy notable de alumnado en la enseñanza pública, no debe agravarse la falta de visión política. Los agentes del sistema educativo-  profesores y alumnos- no pueden ser invisibles para quienes administran lo público. El Ministerio debe permitir la superación de la tasa de reposición en las comunidades autónomas. Hay que recuperar profesorado. Esta situación dramática debe terminar.


Hacer atractiva la carrera docente para poder contratar a los mejores candidatos y estimular a las personas a escoger la profesión.


Para construir la casa desde los cimientos, el primer elemento de la reforma educativa  hubiera debido ser la política del profesorado. Empezando por el principio.
A día de hoy sigue siendo necesario repensar la formación inicial de los docentes. Está poco ajustado a la realidad de las aulas y a las necesidades de innovación. Por supuesto la titulación de Grado en el Magisterio es un avance, pero pierde valor si solo sirve para repetir las mismas cosas que se hacían antes. Por su parte el máster de Secundaria parece una oportunidad perdida. El diseño de estos estudios está resultando improvisado, poco innovador, sujeto en exceso a la autonomía universitaria de manera que existen desigualdades enormes entre las facultades de Educación. Es un hecho que el máster actual no parece responder a las necesidades didácticas, pedagógicas y de práctica docente de los futuros profesores.

En estos momentos, una comunidad autónoma anuncia cambios en el diseño de la formación inicial. Espero que no se limiten a aumentar los contenidos teóricos. No se trata solo de que el futuro maestro aumente sus conocimientos sobre las materias, puesto que estos conocimientos deben suponerse – o comprobarse previamente-  en los aspirantes a la docencia. La idea debe ser que profundice en la didáctica de todas las materias y por tanto domine la manera más efectiva y motivadora de enseñarlas. En este sentido un  estudiante de Magisterio nos podría decir: “Ya conozco la tabla de multiplicar. Enséñame a enseñarla empleando medios nuevos, con las tecnologías de última generación, en inglés… Conviérteme en un experto en enseñanza de la lectoescritura. Aumenta mi periodo de prácticas para que pueda poner a prueba mi vocación. ”

Si sirve mi experiencia personal, cuando yo terminé la carrera de Magisterio, hace ya más de treinta años, dominaba todos los pormenores de la Revolución francesa por el enorme peso de la asignatura de Historia en el currículo de mi especialidad. El primer día de clase me di cuenta con espanto de que no sabía enseñar a leer. Tuve que matricularme aquella misma tarde en un curso de formación. No parece que hayamos cambiado mucho. Si lo hemos hecho, no retrocedamos.

Una vez definida la formación inicial, debería establecerse un nuevo sistema de acceso a la función docente. El actual está demasiado condicionado por la transitoriedad, anticuado. Es preciso que quede insertado en una norma básica de carácter estatal, que contemple un periodo amplio de práctica docente previa a la condición funcionarial y que no se vea interferido por la baja tasa de reposición de efectivos, es decir que no se convierta en un freno para el acceso de los más motivados por la tarea educativa. Este freno virtual se ha apreciado ya con la bajada del número de candidatos en las oposiciones. Cunde el desánimo sobre la profesión docente. Entre los despidos de quienes tienen experiencia y las puertas cerradas para los que necesitan una primera oportunidad estamos perdiendo grandes vocaciones en una labor que las necesita imperiosamente.

Por su parte, la carrera profesional sigue ausente. El Estatuto Docente avanza lento pero inseguro. Es imprescindible una norma marco que, desde las particularidades de la docencia, establezca una carrera profesional bien diseñada y con alicientes, que subraye la formación permanente, valore las iniciativas, esté bien retribuida y mejore el reconocimiento social.


Persuadir a los docentes experimentados de que permanezcan en la profesión en vez de jubilarse, y esos docentes puede que necesiten apoyos suplementarios.


Esta frase de Vassiliou se explica por sí sola. Pero, ¿cómo hacerlo en España sin carrera profesional, sin un modelo de autoridad definida, sin reconocimiento social, con algunos gobernantes tachando a los docentes de vagos e ignorantes? ¿Cómo explicarle a una profesora veterana que el retraso en la edad de jubilación no es un drama cuando ve desaparecer los programas de apoyo, las retribuciones y los derechos laborales?

Jóvenes en edad o en espíritu, sobradamente preparados, motivados y resilientes. Así son los docentes de un sistema educativo de éxito. Ninguna mejora podrá hacerse de espaldas a la situación del profesorado.