En estos días he tenido la oportunidad de volver a ver un viejo clásico del cine, la película de 1948 "Carta de una desconocida", que se basa en la novela homónima de Stefan Zweig y está dirigida por Max Opuls y protagonizada por Joan Fontaine y Louis Jourdan.
La película narra una historia de amor en la Viena de principios del siglo XX, recreando minuciosamente un espacio y un tiempo que ya han desaparecido: coches de caballos, fracs y crinolinas, comunicación a través de cartas manuscritas, valses para bailar y hasta un parque de atracciones donde se puede hacer un viaje por Suiza en un vagón de tren inmóvil a través de cuyas ventanas se ven dibujos y postales. Todo está pasado de moda menos algo importantísimo: el propio argumento de la película. Porque la desconocida del título es una mujer enamorada hasta la obsesión de un hombre inmaduro, que no le presta atención, la colecciona entre otras mil mujeres y la maltrata psicológicamente de manera brutal. En una escena impresionante, él ni siquiera recuerda su nombre pero vuelve para decirle que la necesita cuando ella ya ha rehecho a duras penas su vida. Esta mujer vuelve a abandonarlo todo y en ese ciclo de ilusiones y desengaños va perdiendo la juventud, la dignidad, la vida de su hijo y su propia vida.
Me ha impresionado mucho la actualidad de esta historia. Me preocupa cómo podemos seguir considerando que esto es el amor - una historia de amor, acabo de decir yo misma diez líneas más arriba.-. No sé si es una cuestión de la educación que recibimos, de los mensajes que se nos envían desde la publicidad y la televisión, de las expectativas sociales sobre lo que una mujer es y lo que tiene que tolerar, pero no nos podemos olvidar del gran desafío que sigue teniendo las sociedad mientras las conquistas sociales sigan siendo solamente en apariencia.
No estaría mal ver esta película con las hijas adolescentes, a las que se etiqueta con esa frase tremenda de "a las chicas les gustan los malotes". Estamos obligadas a enseñar a la generación joven qué es y qué no es el amor. Carta de una desconocida tendría que empezar a ser una película intolerable.